Ser sangre de su sangre, no los detuvo en su obsesión, aún cuando sabían que era incorrecto prefirieron apartar la mirada y olvidar ese hecho.
-¡No me toques!- Se sentía sucio, aquellas descabelladas palabras que habia soltado su progenitor lo enfermaron, esto no era correcto, esto no debería de haber pasado. Su mente estaba en shock después del grave trauma que su tío le había causado minutos antes.
-¡Espera, déjame explicarte!- Intento sujetarlo, debía de explicarle, no, solo quería mantenerlo cerca, quería que él lo amara como lo hacía el.
-¡Ambos están enfermos!....¡Alejense de mi!-
Mientras que Seth, Dios de la guerra, se arrepentía de su declaración, Osiris se deleitaba con los recuerdos de aquel hermoso cuerpo debajo del suyo, esa preciosa y lujuriosa escena ocurrida hace tan solo unos minutos.