Desde el día en el que nació , Kirishima Eijirou siempre había estado enjaulado en esa torre solitaria en los acantilados. Era el hijo precioso de Afrodita, Diosa del Amor y la Belleza, patrona de la ciudad de Sestos: ¿Cómo pudieron dejarlo en libertad cuando era el salvador de la ciudad? Era su responsabilidad ser el sacerdote electo y consagrar su vida para su prosperidad.
Se le permitiría aparecer en público una vez al año, para la celebración en honor de Adonis, el hombre más amado de su Madre. Daba la bienvenida a todos los habitantes de la ciudad en el Templo de Afrodita y ofrecía su bendición a través de la Danza Sagrada.
Tenía un solo deber, su vida tenía un solo sentido. Mantente a salvo, no faltes al respeto a la Diosa, garantiza protección a la ciudad.
Nada mas.
Nada mas.