La vida puede dar giros inesperados y más aún si se trata de una noticia no muy convincente por parte de tus amigos. Después de una gran noche de diversión en aquel casino, con grandes apuestas acompañadas de copas de vino.
Conocer al dueño de aquel casino fue suerte y a la vez una maldición, al igual que conocer a aquella rosa roja tan brillante y perfecta. Destinados a conocerse pero tal vez sólo para conocerse.
Vivir juntos era gloria, una vida feliz, algo hermoso para ambos, pero solo un sueño para uno.
Destinados o no, se amaban y se amarían para siempre, al menos uno de ellos cumplía con su palabra.
-Ship de cubitos-
-Nada de la vida real
||segunda parte del pasado en mis manos||
Parecía que todo iba a mejorar en nuestras vidas, que todo iba terminar en un final feliz para todos..... Pero me he equivocado.
Takemichi y yo jugamos a ser dioses por tener el poder de cambiar el pasado, pero eso significaba que cada pasado que tocabamos moría para cambiar a la forma que queríamos.
¿Será posible encontrar que un día logre la felicidad, que tanto espero?