Alabama Jones no cree en cuentos de hadas, ni en princesas y menos en príncipes azules. Ella solo quiere hacer su vida y poder comprarse el coche con el que siempre ha soñado, por eso acepta un trabajo de niñera. Ella sabe que los niños no son fáciles pero no esperaba que los padres fueran aun peores. Sobre todo cuando tienen unos ojos profundos y una sonrisa que derrite a cualquiera.