Estaba perdida, realmente lo estaba. En algún momento dado de mi vida, desarrollé esa capacidad de no mostrar nada, de ser neutral en todo, de que nadie nunca supiese lo que se mueve por dentro realmente. No voy a mentir, esto no fue de un día para otro, no fue porque yo quisiera ser así, sinó porque de alguna manera me llevaron a ello. Me vi obligada a ello, era como estar entre la espada y la pared: o empezaba a ser así, más fría, o iba a acabar doliendo todo mucho más de lo que debería. Y si bien me daba miedo que vieran cómo era todo en realidad, más miedo me daba que volvieran a hacerme daño. Pero gracias a algo o alguien, a quien controla el destino, él llegó. Llegó para cambiarlo todo, para arreglar esas pequeñas cosas que jamás rompió. No supe como, solo supe que sí. Jamás imaginé que sabría identificar tan rápido a esa persona, aunque siempre intentase autoconvencerme de que era lo contrario. Me intenté engañar a mi misma, diciéndome que no sentía nada, que no podía ser con él, que no podía sentir todo lo que sentía con él, porque simplemente era... él.All Rights Reserved
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