Mi vista volvió a tornarse borrosa, no podía desmayarme delante de tanta gente, mi papá me mataría por semejante acto, pero mi cabeza cabeceo y me apoye contra una mesa cercana, brazos fuertes se envolvieron a mi alrededor, feromonas de un alfa puro invadieron mis fosas nasales, un calor abrasador pareció golpear mi cuerpo frío
- Lo siento mucho- hice una reverencia alejándome del cálido toque- no volverá a ocurrir por favor discúlpeme- hice otra reverencia más, mierda si mis padres me habían visto apoyado contra otro alfa no volvería a ver la luz
- Omega- temblé ante el tono de voz ronco e imponente, mi puma se removió dentro de mi pecho tratando de analizar aún más el alfa delante de él, algo difícil porque nisiquiera podía levantar la mirada.
Al sonar el tintineo de copas todos los omegas debíamos salir del lugar porque lo que pasaría luego solo seria tema de alfas, mire hacia las puertas siendo abiertas y los demás omegas saliendo de manera apresurada, mis pies se apresuraron a seguir pero me detuve al escuchar palabras en un idioma diferente al nuestro pero que pude entender gracias a mis clases.
- vendré mañana por ti Omega.
Mi pecho se agito y mis mejillas se sonrojaron, alce mi mirada, encontrándome con el fornido alfa, era mucho más alto que yo, sus hombros anchos, brazos musculosos atrapados bajo el traje de negocios, tatuajes en su mano izquierda que solo era notable en su muñeca pero seguían subiendo hasta perderse entre la tela, cabello negro, labios delgados pero rell enos y una sonrisa arrogante surco en su rostro al tener mi atención
Supe dos cosas, la primera era alguien con demasiado poder y peligroso lo sabias solo con mirarlo.
Y la segunda era mi mate.
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