Elinor es una dulce chica de 28 años nacida en Canadá, mide un metro con cincuenta centímetros, tiene un hermoso cabello rizado color negro, de pequeña fue gordita así que cuando creció su cuerpo se formó con bastantes curvas, sus senos son grandes y redondos, sus caderas son anchas, con los años su cuerpo y su carácter cambiaron, se volvió una mujer dura e insensible pero por dentro aún es una chica realmente encantadora, desde pequeña sufrió burlas por su físico, todos le decían que el mundo sería muchísimo mejor si ella no existiera y ella comenzó a creer que morir sería lo mejor para todos, así no sufriría más, cuando cumplió 18 años su padre planeo una fiesta sorpresa a la cual nadie llegó, Elinor se sentía completamente sola, comenzó a llorar desgarradoramente y salió corriendo de su casa ignorando los gritos de su padre, llegó a un puente bastante alto y subió a él, comenzó a gritar que ella jamás debió de haber nacido, estaba completamente rota, cuando estaba a punto de saltar sintió un par de fuertes brazos sujetar los suyos, cayó hacia atrás comenzando a llorar en el pecho de la persona que evito su salto, lloraba desgarradoramente, una voz masculina comenzó a tranquilizarla, rápidamente se puso de pie intentado correr nuevamente al puente, pero el chico se lo impidió
- Espera! Por qué intentabas lanzarte de ahí?
- Eso a ti no te importa, soy una basura, una asquerosidad, una cosa repugnante, alguien que no merece vivir
- Claro que no! Aléjate de ahí por favor
- No lo haré, todos dicen que lo mejor para mí es morir, nadie me quiere, todos me miran con asco, con repugnancia, tú no sabes lo que es vivir escuchando sus burlas, resistiendo sus golpes, ni siquiera hoy que es mi cumpleaños pude cumplir mi deseo de morir
Ella rompió nuevamente en llanto y el chico la abrazo fuertemente, en sus ojos pudo ver la sinceridad de sus palabras, su dolor y todo el odio que las palabras de los demás han creado en ella.
#1 en Hombres Lobo 16/2/18
|COMPLETA| "No!" Grité desesperada al sentir que mi última esperanza se desvanecía. "No puedes hacer esto!"
El Alpha sólo me miró con una cruel sonrisa en sus labios mientras se acercaba lentamente a mi, acorralandome contra la pared.
"Voy a ser muy claro pequeña," dijo con su voz profunda, tomando mi barbilla con sus largos dedos. "O vienes conmigo ahora, o toda tu manada muere."