Después de su amenaza ella no pudo hacer nada más que escapar, temía por su vida y no era para menos, nadie la recordaría si pasaba algo, ella tenía que cuidarse por sí misma. Elizabeth aún está escapando... ¿De quién? De alguien que quiere verla muerta si no tiene lo que quiere. La amenaza se hace cada vez más constante y ella sabe que no siempre estará a salvo. Los baches siempre están presentes y te harán tropezar. Elizabeth tendrá que aprender como enfrentarse a cada situación y solucionarla, en su paso recorriendo su propia historia encontrará que no todo es como conocía y depende de quién menos esperaba destapar toda la verdad, duela o no.