Llega un momento, donde dejamos de ser niños, pero a al vez, no somos adultos.
Donde las sonrisas, son recuerdos de un hoy.
Donde aquea chispa, ahora simplemente quedan cenizas
Donde lo tuviste todo, pero a la vez nada.
Donde amaste con gentiliza e geniuda divina
Donde transformas a monstruos en tus guardianes
Donde el amor, es perdición
Donde arriesgas tu vida, por el pellejo de otros.
Encajábamos a la perfección, pero, lamentablemente somos de rompecabezas distintos.
Tuvimos un inicio, jamás planeado.... pero que más da. si las mejores cosas jamás se planean, solo llegan a la puerta de tu corazón y abren rumbo al abismo de la demencia.
Donde al surgir nuestra historia, empieza el rumbo a la tumba, donde al final nos prohíben la unión de nuestras almas... y nos dirigimos al abismo que un día éramos, pero será este... ¿el final? o un, ¿recuentro?
¿Puede una chica romántica y delicada enamorarse de alguien tan ruda como Lynn Loud? Issabella Abrams era esa chica: amante del color rosa, del maquillaje, la poesía, y de las historias de amor. Todo lo contrario a Lynn Loud, quien prefería la acción, los deportes y no se preocupaba demasiado por lo sentimental.
A pesar de sus diferencias, había algo en Lynn que atraía a Issabella. Tal vez era su valentía o su determinación, o quizás el hecho de que Lynn no temía ser exactamente quien era. Mientras que Lynn también sentía cierto interés en Issabella, no entendía como no podía tentarse en ganar y ser la número uno, veía que ella era como una suave brisa que acariciaba el rostro hasta de quien no merecía con dulzura, dulzura que raramente a Lynn le encantaba.