"Mi amado niño, quisiera sostenerte en mis brazos y nunca soltarte. Amor mío, creo que nunca he sentido este ardiente amor por nadie y nunca pensé en sentirlo hasta el punto en que, sin lugar a dudas, tú, mi bello hombre, eres el amor de mi vida. Te amo y te anhelo tanto de la manera en la que nunca he amado y anhelado a nadie. Deseándote la mejor de las vidas, me despido. Amor mío, espérame en 1945, puesto que tal vez, en otra vida y si Buda así lo quiere, nos volveremos a encontrar." [Katsudeku].