Metal Gear Solid V: Mission 52

Diez años han pasado desde que Venom Snake despertó en Chipre, ganando por merito propio el titulo compartido de Big Boss. Esto a costa de perder su propia identidad, convirtiéndose en la marioneta del hombre al que llego a admirar.

Viéndose obligado a seguir viviendo dentro de una guerra sin fin, un día despertó. Y se dio cuenta de que ya era un hombre viejo y cansado, el cual tendrá que cerrar los cabos sueltos de su pasado.

Esta es la historia de un fantasma que tendrá que asumir las consecuencias de haberse convertido en la sombra del hombre más peligroso del mundo.

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Para nadie es secreto que The Phantom Pain es una entrega de Metal Gear con varios problemas. Cosa que no quita que tenga una trama fascinante por la forma en la que reescribe la historia de la saga.

Y aun así, es una historia incompleta.

Muestra de ello la tenemos en el contenido descartado de lo que hubiera sido la Misión 51, la cual hubiera cerrado el arco argumental de Eli dentro de esta entrega, quedando esto fuera del juego. Y a pesar de que esto es lo que los fans más lamentan de no haber podido jugar, no fue lo único que quedo por fuera.

Se tenía planeado continuar la trama con una hipotética Misión 52, de la que solo nos queda el diseño preliminar de un Chico adulto que fue convertido en un Skull, esto aunado a su posible supervivencia de la caída del helicóptero y el desarrollo que tuvo en los cassets en Ground Zeroes.

Me tomo la libertad de extender esta idea y darle mi propia conclusión a Venom Snake. Y lo que implica su existencia en la saga. A su vez, su conexión con los Metal Gear de MSX y los cabos sueltos que se dejan entrever por esta reescritura tardía del canon.

Porque Venom es más que el doble de Big Boss.

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Con la colaboración de la artista Nat Bachika, quien me ha ayudado como coautora de gran parte de la historia, a su vez aportando varias geniales ilustraciones y que hacen más grande este proyecto.