Para Diana, la noche del 31 de diciembre es la más funesta del año. La única noche en la que se deshace de todas sus máscaras y artificios y se permite recordar, llorar lágrimas secas por todo aquello que tuvo y dejó escapar. Cada 31 de diciembre, Diana pide un deseo a una estrella, sin saber si alguien la escucha, solo teniendo fe.