Ella era una llama. Y él la avivó sin saber que los dos arderían, pero ¿cómo evitarlo cuando su nombre suena tan bien en sus labios? Él era una idea terrible. Y ella pudo verlo, pero ¿cómo resistirse si su pulso era la melodía más fascinante que había escuchado, como si alguien la hubiera compuesto especialmente por y para ella?