Siéntense y busquen unas Pringles mi pana, porque no me la van a creer. Salí de Venezuela para irme a gringolandia, y en gringolandia la vida se me volvió, una locura, pero de buena manera. Conocí a mi gringrito toche favorito, Mason Thames, ese hombre espectacular, ese mismo. Después de que salí de Venezuela me di cuenta que el problema nunca fui yo, fueron los venezolanos, así que me cuadre a un gringo.