El destino es el más odiado por muchas personas, y es que cuando ya una persona está cansada de todo y decide ponerle un fin a todo su dolor, el destino simplemente se aferra a su capricho y juega con las vidas, para que así, una vez más, se haga lo que se le dé la gana.
Kellan, lo intento, muchas veces lo hizo, pero cuando comprendió que aquel mafioso que tenía por esposo, no iba a cambiar por él como en todas aquellas historias clichés que leía, comprendió que él tampoco estaba para soportar más desplantes y traiciones, al menos eso era lo que se planteó antes de salir de sus garras, pero no todo fue tan fácil luego del accidente en el que se vio envuelto...
Su mente había olvidado todo, ¿Pero su corazón?