Temido por la raza de los demonios debido a su monumental fuerza, Evíl se metió en los planes de su padre y el lo castigó con un hechizo que le otorgaba el poder de la oscuridad, pero eliminaba la belleza de todo lo que lo rodeaba y por su puesto, su gracia divina, memoria y identidad. Y necesita a una mortal pecadora para que lo ayude a romperlo, o quizás para hacerlo más fuerte... Lo que no sabe es que Edén está dispuesta a averiguar quién era él y su propósito, pero ella no sabe que su nombre está escrito en una profecía. Y que ella también tenía algo oculto sin saberlo. Y Evíl esconde más que eso. Todo lo que nunca le contó.