Llegar a ese castillo, trabajar para la princesa, Kim Jennie, sin duda, fue el peor error que cometí, pero al mismo tiempo, lo mejor que me pudo haber pasado. Gracias, Kim Jennie, por mostrarme lo que era amor, en todas sus facetas, de todos los lados, y sobre todo el doloroso. Gracias por mostrarme que el amor también duele. -Primavera de 1856.All Rights Reserved