Algunas personas piensan que el futuro ya está escrito, da igual lo que hagas, lo que digas, las decisiones que tomes, todo pasa por algo. Quizás porque es necesario o porque es el momento. Al principio duele, notas que cada día estas más muerto, cuando por el contrario, estás más vivo que nunca. Son los pequeños detalles lo que hacen la diferencia, por ejemplo, aquella niña que no se decidía por un sabor de helado y pidió ayuda, con los ojos a punto de llorar, a su padre. Ella todavía no lo sabía, pero estaba a punto de conocer su sabor favorito, y eso, a lo largo del tiempo la condicionaría en su vida. No para mal, o por lo menos, no antes de conocerle a él.