Como hija de una familia religiosa, durante mi infancia se me tuvo completamente prohibido ver películas de terror o ver/leer cosas de miedo, debido a esto durante un buen tiempo el único contacto que tuve con el terror fue con las historias que mis amigos y maestros me contaban. No soy la mejor escritora del mundo, y muchísimo menos de terror, pero el día en que tuve que hacer de cuenta cuentos en un campamento me dio risa (y también me hizo feliz) saber que terminé perturbando a todo ese campamento de Scouts. Ser cuenta cuentos y escritora no es lo mismo, pero aún así te quiero pedir que me acompañes a sumergirme en este terrorífico bosque de mi infancia, y que con esta serie de historias, y espero que al menos mis historias de agraden y puedas disfrutarlas tanto como yo escribirlas. No todas son historias creadas por mí, la mayoría son leyendas que escuché en mi infancia en aquella pequeña escuela, de aquel pequeño pueblo. » Portada echa con la aplicación: Photoleap