En el mundo fantástico de Mitanyan*, cuenta la leyenda que el Dios Sumeyeong vivía solo y aburrido. Lo único entretenido era escuchar cantar a los Gallos emperadores del cielo y la tierra, al amanecer y al anochecer. Sólo que eso no era suficiente para él, un dios inquieto y ávido de aventuras..... ADVERTENCIA:No permito adaptaciones de ningún tipo, la historia es 100% mía. Está protegida en Derecho de Autor. INDAUTOR*