Hace poco tiempo me comentó un viejo amigo que una ciudad puede albergar en ella muchísimas almas, y que un alma puede esconder infinitos secretos, historias destinadas a morir en la silenciosa llama del olvido. A lo largo de esta páginas serás testigo de experiencias dolorosas, fragmentos de las más enigmáticas almas, secretos que jamás debieron ser contados.