—Ichigo, ¿me amarás siempre? —preguntó ella de repente. Al ver la luna había recordado la leyenda del dios sol y la diosa luna que Ichigo le había contado. Quería saber si él también la buscaría como el dios sol. —Te amaré siempre Rukia. —respondió viéndola a los ojos, luego se acercó para besarla. La había amado por más de mil años y la amaría por mil años más, hasta el día que su alma despertara y volvieran al cielo para estar juntos eternamente.Tous Droits Réservés
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