En el corazón de un jardín encantado, donde las rosas de caramelo se desplegaban en un sinfín de colores y los bastones de dulce marcaban el sendero, se encontraban dos almas entrelazadas por un destino tan dulce como agridulce.
Ella, con su cabello de noche y ojos que guardaban los secretos de mil estrellas, se apoyaba contra el pecho de un hombre cuya mirada profunda prometía tanto misterio como ternura.
Él, un soñador envuelto en terciopelo carmesí y un sombrero de copa que desafiaba la gravedad de su propio mundo, la sostenía con una delicadeza que desmentía la intensidad de sus sentimientos.
Sus miradas se cruzaban, no solo con el anhelo de amantes, sino con la comprensión silenciosa de dos espíritus que habían encontrado su hogar en el otro.
Cada fibra de su ser susurraba una historia de amor que florecía entre la magia y la melancolía, un romance nacido en el crepúsculo de sus sueños más salvajes.
Mientras las luces del atardecer danzaban a su alrededor, tiñendo el aire de un dorado etéreo, sus manos se entrelazaban, sellando un pacto no solo de amor, sino de una pasión que ardía con la fuerza de un millar de soles. Era un amor de fantasía, un idilio que, aunque efímero, prometía ser eterno en los anales del tiempo.
Declan Kingsley es un grandioso jugador de hockey con un futuro prometedor, sueña con jugar para un equipo de la NHL cuando se gradúe de la universidad y ser el mejor. Siempre ser el mejor.
Se ha enfocado tanto en sus sueños que se ha olvidado de las otras cosas importantes en su vida, el amor, aunque sí que ha disfrutado de un sinfín de citas y chicas, pero jamás ha buscado una relación seria.
Cuando llega año nuevo y todos sus amigos están por dar el primer beso del año a medianoche, Declan siente repentinos celos y besa a la primera chica que se encuentra, Millie Harrison.
Millie Harrison jamás ha tenido novio y mucho menos ha dado un beso, por lo que se ve más que sorprendida cuando uno de los jugadores de hockey más codiciado en el campus de su universidad decide besarla.
Después de un par de sucesos, Millie decide enfrentarlo y proponerle algo de lo que ella cree que ambos podrían arrepentirse después, una relación falsa, pero ella está desesperada y necesita la ayuda de alguien como Declan, quien al parecer no solo está dispuesta a ayudarla, sino a conquistarla de verdad.