La historia de la última de las hijas de Thomas Hamilton, la menor y consentida Kayla, quien, siendo la más parecida a su madre tanto en carácter como en físico, fue siempre la niña de los ojos de su padre. Protegida, mimada y acostumbrada a hacer su voluntad, Kayla se propone alejarse de su familia problemática para al fin encontrar el amor, aunque sea a kilómetros de distancia. Tenía la clara decisión de casarse, de hecho, lo hizo aún sin haber visto al que sería su marido, se sabía enamorada y le hacía ilusión de ir a un lugar tan misterioso como lo era Dalkeith Palace.
Sin embargo, al llegar al que sería su nuevo hogar, no pudo más que llevarse sorpresas que la dejaban más que consternada. No sólo por las múltiples cuentos y leyendas que corrían alrededor del castillo y los habitantes del mismo. Sino por la familia en sí, que producía una sensación extraña y de cuidado.
Aquella familia era clasificada como temible, comparados con demonios en la tierra, con aspecto terrorífico y unos ojos negros que tragarían el alma hasta del ser más noble en la tierra.
Kayla no era tan valiente como el resto de sus hermanos, pero tampoco era cobarde ni tonta, arriesgaría su vida con tal de saber lo que se escondía y se murmuraba entre los pasillos de ese castillo que había visto tantas muertes misteriosas que jamás se pudieron resolver gracias a las influencias de los dueños de la propiedad. Lo cual la llevaba a preguntarse: ¿Corría ella un peligro inminente? ¿Formaría parte de esas historias de terror?
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Ella odia la atención
Él adora la fama que tiene como jugador
Ella ama leer
Él ama el fútbol
¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y ella como el defensa del Barça?