El fuego es uno de los elementos más letales de la tierra, no respeta tiempo ni personas, arrasa con todo lo que se interponga en su camino sin detenerse a meditarlo. Eso era ella. Una llama arrasadora. Nacida bajo el elemento del fuego ella no le teme al calor de las llamas, las recibe como una vieja conocida que no le teme a su existencia. Otros ven al calor abrazador del fuego como algo maligno y de mal presagio, ella, ve belleza en aquella destructora sensación. La dama de fuego que nunca ha sido atrapada, indomable y bestial cómo aquel elemento que la acompaña no se imaginaba que esa sensación de calor sería transformada en algo más que muerte y destrucción. El agua tenía un propósito. Apagar esa llama destructiva y convertirla en un cálido calor abrigador.