Que soy una mujer casada ¡Si! ¿Qué si soy una mujer feliz? Tristemente, debo decir que lo era, lo digo en pasado porque como siempre todo cambia, y a veces es mejor no luchar por lo que no se puede rescatar.
Odio sentirme sola, odio no tener a mi esposo al lado para hacer lo que tanto nos gustaba hacer, que era amarnos y sentirnos uno al lado del otro, con nuestros cuerpos tocándose, sin una sola pieza de ropa que nos estorbara.
Ahora mis pensamientos y cuerpo pertenecen a otro hombre, hombre que es una verdadera tentación y a la vez un pecado, porque es uno de los culpables de que mis amigas estén sufriendo tanto.
He tratado de mantenerme alejada de él, aunque la verdad es que dudo mucho que lo pueda hacer.
Perdón por ser infiel, pero no niego que culpable no me puedo sentir.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...