El redactor publicitario Yi Ye Hansheng tiene ambas piernas discapacitadas y no es lo suficientemente bueno. Se rumorea ampliamente en el círculo que tiene una personalidad malhumorada y siniestra, pero nadie se atreve a abrazar sus muslos dorados y brillantes. Wen Run nunca creyó estos rumores, y cada vez que lo veía desde la distancia, sonreía y fruncía el ceño, lleno de alegría. Entonces alguien más dijo que mirando a Wen Run, ni siquiera quería su vida para subir a la cama, y el espíritu maligno de Ye Hansheng se atrevió a provocarlo. Wen Run hizo todo lo posible para explicar cada vez: Ye Hansheng no es así, es una buena persona. Ye Hansheng lo escuchó por casualidad y decidió hacerle saber a esta ovejita lo que es una mala persona. La ovejita temblaba de miedo, con ojos tímidos y tímidos, pero no había miedo ni asco, tan bien educada y tierna como un cordero recién nacido. El corazón de Ye Hansheng se suavizó repentinamente y no es difícil ser una buena persona. Más tarde, todos descubrieron que el pequeño Wenrun transparente en realidad abrazó el muslo dorado y, durante todo el camino, los recursos continuaron montando en el cohete para volar hacia el tráfico de primera línea. Y Ye Hansheng es realmente una buena persona. Es sólo... Sólo es bueno para Wen Run.
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