Solo me estaba comiendo un encebollado en mi cuarto cuando de pronto mi teléfono comenzó a brillar y aparecí en un lugar extraño.
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Bienvenido al vertedero creado por mi dónde publico los miles y miles de relatos creados en mi cabeza por mero gusto propio para que la eternidad de la internet los reguarde aun después de la muerte de mi laptop.