Este cuento corto, escrito por Emanuel Agudo, llama a nuestros niños a una reflexión personal sobre el valor de la amistad y les enseña que para la misma, no existen barreras ni distinciones válidas.
Me gustan las historias cortas pero con mucho significado, salen sencillamente de mi cabeza, y son especiales para mi porque son pequeños universos hechos entre mis manos...