Stracy Holloway, tiene diecinueve años, entró a su Universidad soñada y está estudiando la carrera que siempre deseó. Tiene a un novio que la quiere, una relación perfecta con sus padres, una amorosa mejor amiga y una buena vida hasta que Maximiliano, el tío que no sabía que tenía porque su padre se desligó completamente de su familia, aparece y coloca su mundo de cabeza por muchas razones. No se llevan bien, esa es la principal de ellas. La primera vez que Stracy vio a Maximiliano supo que sea cual sea el tiempo que iba a durar bajo la tutela de su padre, nada podría salir bien y qué razón tenía. Nada puede salir bien cuando no se pueden controlar la emociones y la atracción que domina el cuerpo, cuando el deseo es insoportable y doloroso, cuando las ansias sé convierten en súplicas, cuando las cadenas se aferran a ti y son imposibles de romper, porque es cierto cuando dicen que del odio al amor hay un solo paso. Lástima, que en muchas ocasiones es mejor, que solo haya odio y no amor. Solo que está no es una historia de amor o al menos, no de un amor correcto que sin duda sí desencadenará una hilera de consecuencias que los afectarán y marcarán para siempre a ambos. Se piensan. Se quieren. Se adoran. Se desean. Se necesitan. No están juntos. No pueden estar juntos. Una historia sobre el amor prohibido, el destino y una lucha constante por no caer en aquello que tanto desean y tanto está mal y que se convertirá en algo secreto, prohibido, imposible. Verdadero, eterno y muy injusto dónde todo cambiaría si tan solo no fueran ellos, si tan solo no fueras tú.