– Me voy. – Susurré, aun sin creerlo, sujetando el papel entre mis manos temblorosas. – ¿A qué te refieres con 'me voy', Leah? – Susurró él esta vez, arrugando su ceño y situándose detrás mío. –¡Me han aceptado! – Grité esta vez, girando y abrazandole por el cuello. – ¡Me han aceptado en el voluntariado, Peter! ¡Me voy a Inglaterra!