Él está ahí. Sus ojos verdes se abrieron ampliamente al mirarme, corre. Es aún unos 30 centímetros más alto que yo, sus hombros anchos, su cabello lacio color chocolate, hasta su barbilla, tez blanca, labios carnosos, no lo puedo creer, es él, realmente lo es. Viste lo mismo de las fotos.
Dejó sus maletas y se acercó a mi, mejor dicho, corrió hacia mi. Mi corazón latiendo rápido contra mi pecho, mis labios entre abiertos y mis ojos cerrados al sentir como sus brazos me levantaron por la cintura y los míos rodearon sus hombros débilmente. Yo sabía que era él, iba a llorar.
-Esperé tanto por esto, pequeña.
Su voz ronca y profunda en mi oído me hizo estremecer. Sus labios atraparon los míos y le seguí el beso un poco anonadada, su boca sabía a menta y cigarro. Pasaron tres años desde que lo nuestro terminó, cuatro desde que lo conocí por internet, desde que me rompió el corazón miles de veces.
Lloré entre el beso, reaccionando a la situación. Mi grandote finalmente está junto a mi.
[COMPLETA]
Adam tiene una fascinación por las frases de asesinos.
Reachell ama tocar el piano.
Adam es reservado y misterioso.
Reachell es curiosa.
Ella escribe pequeños relatos.
Él descubrió sus escritos.
Y... hará lo que sea necesario para que Reachell le escriba sólo a él.
Tal vez parezca la típica historia cliché donde el chico asesino se enamore de la chica inocente y buena. Pero hay un problema: Reachell no es inocente, ni buena. Y Adam ya ama a alguien más.