...entonces cerré mis ojos y me quedé profundamente dormido. Al abrirlos podía ver mi cuerpo físico, mi alma se había escapado de él. Intenté regresar pero era en vano, sentí como algo me arrastraba con una fuerza inmensa. Me llevó hacia un lugar que no conocía ni pensé conocer, era un inmenso mar, donde las palabras parecían fluir al compás de las olas. Un lugar donde la inspiración no conocía límites, un hermoso mar, un mar de letras.