El deber y el querer, son dos cosas completamente diferentes. Por que. . . Yo debo casarme con Cregan Stark. Pero, yo quiero casarme con Aemond Targaryen. Son cosas diferentes. Debo elegir que es lo que es lo mejor para mí. -Destruiría este mundo y mil más, solo si tu me lo pidieras; haría cualquier cosa por ti con tal de que tú estés siempre a mi lado. - las palabras de Aemond se repetían una y otra vez en mi mente. Pero no todas las personas son buenas. Desde mi nacimiento fui prometida al heredero de la casa Stark, incluso me enviaron al norte y aunque debo casarme con él por que es lo mejor para todos, no simplemente lo hago por el deber. Cregan se ganó mi afecto y mi cariño. Él es perfecto en todos los sentidos. -No quiero que seas mía; quiero que seas libre, tuya. Y que aún así decidas que quieres estar conmigo. - él me daba la libertar que un dragon necesita. Y por eso es que estoy confundida, pero todo terminará cuando valla de regreso a mi antigua casa.