Hermione, algún día nos casaremos.

Movida por un sentimiento de resignación por no haber tenido una buena historia de amor, me vi escribiendo todo desde el principio para analizar en qué momento perdí mi "Felices Para Siempre". No puede ser que haya tenido dos hijos con Ron y no sea todo lo feliz que quisiera.

Todos sabemos que Voldemort murió en la guerra, pero no acaba ahí. No necesitó ser corpóreo para aterrorizar y volver a hacer cundir el pánico.
En medio del caos, a principio de séptimo curso, Draco apostó por un imposible: enamorar a la Sabelotodo porque la necesitaba para un hechizo. Para que El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado y todos los mortífagos vuelvan.

¿Me dejaría atrapar? ¿Sucumbiría a los encantos del rubio teñido?
No sería una buena historia de amor y tragedia si Draco no terminara cayendo en sus propias redes, cegado por "lo que siente" hasta decirme: "Hermione, algún día nos casaremos."
Lo sé, es una locura pero la verdadera pregunta en este momento es:
¿Dónde estás ahora, Malfoy?