"Yo solamente podré ser libre, en el fuego de tu existencia"
Nuestro mundo estaba divido por los dominios de los altos dioses, y las tres regiones hermanas eran las que predominaban, sobre las demás. Las Tierras de la Bonanza de verdes prados, con la tierra más fértil, alimentaba el hambre de los seres vivos con su abundancia; el Remanso del Mundo, en su tranquilidad, poseía a los maestros más longevos y hábiles, quienes sanaban las heridas del alma y carne de los dolientes; y, el Desierto de Entrophy, de cuya arena nacían los guerreros dorados más duros y temidos que hayan jamás existido, mantenían la paz entre naciones. El equilibrio que gobernaba en estas regiones era frágil, debía ser preservado a todo costo y su integridad dependía solamente de la sabiduría de sus reyes, maestros y líderes... Pero fallaste.
¿Por qué los dioses jugarían con nosotros? ¿Por qué uno de ellos permitiría, en nombre de su capricho, que miles sufran en un ciclo interminable de tragedias?
Si todo estuvo condenado desde el principio, ¿por qué sigues persiguiendo el bien común? ¿por qué sigues persiguiéndolo a él aún cuando todo tu mundo ya no existe y ha cambiado? ¿sabes que no puedes lograr satisfacer a los dos a la vez? Eres egoísta, por no volver a mi lado. Juntos, reconstruiríamos nuevamente el mundo qué teníamos, su grandeza.
Esta vez, devastaré la tierra si es lo que necesito para que notes nuevamente mi existencia; haré caer los cielos si con eso puedo ganar toda tu devoción solo para mí... Secaré cada gota de los mares, si con eso logro llenar tu corazón de amor por mí. Haré que todos los dioses me teman si es lo que necesito para hacerte feliz y no me importa, cuantas vidas pasen, juro que lograré hacer que me ames. Así que deberás elegir, entre el bienestar de tu amado pueblo y los deseos de tu frágil corazón.
Hijo de la vida, eres mi mayor anhelo.
Después de ser rechazado por segunda vez por el Equipo Avatar, incluso después de ayudarlos con Combustion Man, Zuko decide dejarlos solos y buscar un lugar donde vivir.
pero después de una pelea contra soldados de la Nación del Fuego y caer en el lecho de un río.
Al ver su arrepentimiento y dolor, el espíritu del Sol y la Luna deciden darle una segunda oportunidad, enviándolo a otro mundo con otro destino y gente que lo apreciará y admirará.