Anna vive en un departamento con vistas a jardines en una zona esplendida de la ciudad de Buenos Aires, adoptó un gato, al que llamó Sam, con el que comparte todas sus conversaciones hasta el punto de rayar la esquizofrenia para llenar el silencio que se produce en las habitaciones de su casa. Se ha pasado años evitando tener vínculos importantes por miedo a contar su pasado, su historia, ha llegado al punto de no poder decir demasiadas veces el nombre de los hombres con los que ha estado, así que los enumera, como si de una lista se tratara. Todos ellos se iban en otoño, a Anna no le gustaba esa época del año, pero algunas semanas luego de que Sujeto N° 9 se fuera de su departamento con un par de cajas, un llamado del pasado la obligará a volver a su pueblo, a su casa.