HELPING HANDS

Una mañana después de haber terminado nuestro trabajo y volver al vestuario, Justin sacó una revista. Era una revista porno. Realmente no había visto mucho antes, pero me gustaba ver gente desnuda y comencé a emocionarse. Él y yo nos sentamos en el banco en el en medio del vestuario y pasó las páginas lentamente. Yo estaba con mi atención completa en las imágenes impresas en papel, con mi pene poniéndose cada vez más duro. Me di cuenta, sin embargo, que Justin estaba empezando a ponerse caliente también. Me gustaba ver su pene hacerse más grande. Quería tocarlo, pero no quería que todo se pusiera raro.