Ella era la única que podía ponerme sobre mis rodillas de ser necesario, hija de madre argentina y padre italiano, tenía un carácter tan fuerte como el de un tornado f5. Jessie Strazzo era un metro ochenta de piel blanca, cabellera azabache larga semiondulada, un par de ojos marrones que se asemejaban al color de las hojas en otoño, mi estación favorita del año cabe decir. Todo sobre ella me hacía quererla, pero tenía un gran problema o dos, mejor dicho: 1- Ella estaba comprometida con un imbécil con aires de superioridad que no la dejaba a sol ni a sombra 2- Ella era mi asistente No sabía que iba a hacer, lo único que sabía es que no podía darme por vencido, la quería en mi vida, y no de la manera en que la tenía ahora.
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