No todas las relaciones comienzan con un saludo, una presentación propia o por terceros. Algunas veces el amor de tu vida no nació en tu mismo año, vecindario, estado o país, no pertenece a tu misma clase social, ni se acerca el tipo a el ideal que por años has anhelado. Hay relaciones que empiezan por un frio y meticuloso contrato, un acuerdo pactado con una firma, un trato amable de convivencia, donde ambas partes buscan una ganancia. Aunque el resultado puede ser 102% mejor de lo esperado...