A la novia de Rodney, Miranda, le encantaba asistir a fiestas sexuales pervertidas. Él lo permitió porque ella prometió las asistentes eran todas mujeres. Nunca fue a ninguno y en realidad nunca había sido invitado. Después de unos meses dejándola que los atendiera, Rodney decidió que sería divertido hacerle una pequeña broma. Su plan era vestirse como una chica, entrar en la fiesta y asustar a su novia. Esperaba que ella se riera de eso y que hicieran el amor en la fiesta de sexo