¿Por qué razón ella debía hablarle tan cerca? ¿Acaso no sabía que debía respetar el espacio personal? Peor aún, se preguntaba cómo es que Sasuke podía ser tan ciego y no darse cuenta de las intenciones de la pelirroja que, según actuaba, no sabía respetar el espacio personal de la gente. Ahora bien, ¿por qué Sasuke se inclinaba tanto para escucharla? ¿Qué tanto se movía a su alrededor? ¿Tan nervioso lo ponía? «Dios, dame fortaleza y resistencia, porque si me das fuerzas no te prometo ser buena», rogaba a las alturas, mientras el enojo la consumía. Parte II de Vergüenza.All Rights Reserved
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