Aquí los árboles no cantan.

En el fondo del bosque un crujir inigualable, lento y extravagante acompañado de pequeños murmullos de dolor se aproximaba, de las tinieblas del bosque una silueta de más de dos metros se alzaba imponente cerca, muy cerca, de donde las risas nacían de las gargantas de los dos curiosos que se aventuraban al bosque. Dos puntos rojos se vislumbraban a lo lejos del bosque, un torso sobre naturalmente delgado acompañado de un par de brazos y piernas en forma de ramas pero no por eso menos fuertes que las garras de un oso hambriento. Por encima del terrible rostro agrietado y oscuro, como cabellos le nacían cinco pequeñas hojas otoñales. El olor de la muchacha le había despertado de su centenar sueño> se dijo el terrible monstruo contemplando silenciosamente a su presa. Cuando miles de seres hermosos y delicados llamados hadas se le fueron encima haciéndolo tropezar torpemente con las raíces de un Ents quien lo devolvió a las profundidades del bosque en donde pasaría un milenio excavando para ver la luz del sol de nuevo.
Pero no por eso pienses que ellos se encuentran a salvo puesto que esto solo es el principio, pues hay muchos más de esos rondando y aguardando su oportunidad para tener en sus manos a la portadora del mundo oculto para el ojo humano.
Obra registrada no copiar ni adaptar.