Después de tantos años anhelando conocer la ciudad del amor, París cumple su sueño de viajar a Francia para celebrar el día de San Valentín rodeada de aquellas calles y paisajes que derrochaban romance, sin importar que en esa aventura su única acompañante fuera la soledad.
Una tarde, mientras caminaba por la plaza de La Concordia, acompañada de una taza de café, un libro y un llavero del que colgaba la llave de su habitación, escuchó la melodía de un saxofón que capturó su atención y la hizo caminar hasta encontrarse con aquel hombre que, rodeado de turistas, tocaba el instrumento musical con pasión, dejando que todos los presentes pudieran admirar su talento y habilidad.
Sin embargo, ella pudo ver lo que nadie más podía ver.
Nadie. Ni siquiera él.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...