"Los Alternos no tienen nombres completos". Dijo el Intruso, su sonrisa desconcertante y mezquina. Parecía demasiado relajado, con la espalda apoyada contra la pared de su habitación como si el lugar le perteneciera, los brazos cruzados sobre el pecho. Incluso El Intruso no tenía uno, los demás simplemente lo conocían como un número y eso lo tomaba con poco o sin ningún cuidado. "¿No te convierte eso en un caso especial, Cesar Torres?"
César se estremeció, pero su mirada enfadada no cedió. "Ambos sabemos que eso es mentira, Seis." Respondió, la angustia y la ira palpables. La debilidad sangraba a través de las palabras como una enfermedad. "Los nombres no significan nada para nosotros, simplemente los tomamos de la gente y los hacemos nuestros."
"Curioso. Yo sé que que crees lo contrario."
[Un Alterno logró ponerle las garras a César Torres cuando era un bebé y se divierte haciéndose pasar por él, mezclándose con la humanidad. Todo va de perlas hasta que conoce a Mark Heathcliff y las líneas entre la diversión y el cariño se desdibujan. No puede seguir aferrándose al tiempo prestado que es su mentira negra, pero sigue intentando fingir lo contrario con todo lo que tiene. Mientras pueda quedarse con Mark, vale la pena correr el riesgo.]
[Advertencias adentro]