𝓛𝓪 𝓑𝓮𝓷𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸́𝓷 𝓓𝓮𝓵 𝓟𝓻𝓲𝓷𝓬𝓲𝓹𝓮 𝓘𝓷𝓭𝓸𝓶𝓪𝓫𝓵𝓮
21 parts Ongoing "No me doblego ante nadie...
Mi pecho no guarda amor...
Y jamás, bajo ninguna estrella, me enamoraré..."
Aquellas palabras no eran solo un rechazo. Eran un juramento, un conjuro tallado en mármol y fuego, pronunciado por labios que jamás habían temblado.
Así habló YoonGi, el hijo de los Soberanos del Inframundo, ante el trono de sus ancestros, bajo la sombra eterna del Árbol del Juicio.
Sus padres lo miraban con la paciencia de los siglos, pero ni ellos, nacidos del abismo y el relámpago, podían romper la voluntad de su hijo.
YoonGi, llamado por dioses y mortales El Príncipe Indomable, era más que un heredero: era leyenda viviente.
Con apenas 250 años -una edad joven entre los eternos-, ya era dueño de ejércitos silenciosos, de tormentas sepultadas y de secretos prohibidos por los sabios del Cielo.
Su mirada, de un oro tan antiguo como el sol primero, quemaba el alma de cualquiera que osara desafiarlo.
Diosas danzaban por él, ninfas tejían melodías con su nombre, y las estrellas susurraban su destino... pero su corazón era de piedra encantada.
No había caricia, ni canto, ni perfume celestial que lograra tocarlo.
Los reinos suspiraban, pero su linaje parecía condenado al olvido.
Y entonces ocurrió.
La noche en que el cielo dejó de girar por un instante, YoonGi descendió a un estanque que no existía en ningún mapa, oculto entre ramas que lloraban savia negra.
No lo guió la razón ni la curiosidad, sino un susurro que no venía del mundo.
Y allí, en ese espejo de agua que no reflejaba forma alguna, la vio.
O tal vez no era una figura, sino una presencia, un eco que rompió el hechizo de siglos.
Aquel instante no fue amor.
Fue algo más antiguo, más temido.
Una grieta en la profecía.
Una amenaza al destino.
YoonGi no lo supo entonces...
Pero en ese instante, el Príncipe Indomable comenzó a desvanecerse.
Y algo mucho más grande, mucho más peligroso, comenzó a despertar.