Un día te encontré ahí, en esa cafetería, como si estuviéramos destinados a conocernos en ese preciso instante. Como si nos hubiésemos conocido en otra época. Como si el pacto que hicimos hace algunas vidas estuviera funcionando realmente. Estos poemas son todo lo que quiero decirte, lo que pienso de ti, lo que siento cuando estás abrazándome con fuerza, y lo que pienso cuando no estás aquí conmigo. Son confesiones, algunas de miedo, otras de amor, y algunas más de esperanza. Te dedico la luna, esperando que cada vez que la observes se sienta como un dejà vú, y me recuerdes con todo el cariño que he querido darte, y que mereces tener.