Carlos y Charles. Eran el matrimonio perfecto ante los ojos de todos, y realmente no se alejaban mucho de la realidad, tenían esa chispa desde aquel día en el qué se conocieron. Todo iba perfecto, se casaron y tuvieron dos preciosos niños, eran realmente felices, presuntamente nada ni nadie podía dañar esa felicidad. Se equivocaron. Pronto se empezaran a revelar secretos que podría dañar aquella anhelada felicidad que tanto les había costado conseguir. Pero no todo estaba perdido.