Cuando los padres de Aaron y Scarlet deciden retirarse, les confían el mando de la empresa a sus hijos. Ellos se ven obligados a trabajar codo a codo, enfrentando el desafío de mantener el legado de sus familias, sin embargo, las cicatrices emocionales de su pasado los empujan a un ciclo interminable de discusiones y peleas. Aaron, un seductor nato, se empeña en demostrar que no siente nada más que desdén por Scarlet, llevando a sus conquistas al entorno de trabajo y desafiando constantemente su autoridad. Por otro lado, Scarlet busca escapar de la tensión emocional involucrándose en aventuras fuera de la empresa y dejando en claro que ella siempre tiene la razón con respecto a la empresa, sin contar, que se empeña día a día por demostrarle a Aaron que todo lo que él haga a ella no le afecta en lo más mínimo.
A medida que la presión de dirigir una multinacional se intensifica y los desafíos empresariales se vuelven cada vez más complejos, Aaron y Scarlet se ven obligados a dejar de lado sus diferencias y encontrar una forma de colaborar. A través de la adversidad, descubren que la química que siempre existió entre ellos va más allá de sus diferencias y rivalidades. Juntos, deben aprender a confiar el uno en el otro y a superar los obstáculos emocionales que han construido a lo largo de los años.
¿Será posible que Aaron y Scarlet encuentren una manera de reconciliar su pasado y construir un futuro exitoso tanto en los negocios como en su relación personal? ¿O la intensa química que comparten se convertirá en una fuerza destructiva que los separará para siempre?
Pietro Hoffman, un mafioso Alemán, con tal de no perder territorio en Inglaterra, hace un trato con la familia Lovelace, comprometiéndose con la hija menor, pero ella es una fiera indomable y cuando deben afianzar su compromiso las cosas se le complican.
¿Logrará domarla?
Maliciosa, seductora, manipuladora, le gusta divertirse con los hombres. Violette Lovelace es la perfecta definición de mujer fatal, pero cuidado, ella es...
La prometida del Alemán.
[Por culpa de un Ricoy #6]