Al regreso de Eric, Verónica vuelve a sentir por fin un poco de orden en ese caos que los demás llaman vida. Todo se alinea de nuevo, tiene a todas las personas que quiere en su vida.
Excepto a una.
Y hablando de la vida, la suya ha ido de desastre en desastre y, tener a Eric, es como vislumbrar un rayo de sol en medio de tantas nubes grises. Y cuando siente que lo peor ya pasó, se equivoca: una tormenta devora el cielo azul, dejándola congelada y sin saber adónde ir.
Eric conoce los sentimientos que acechan a Verónica, él mismo los ha experimentado. Y ante la tormenta, puede decidir si sumergirse con ella, o sacarla de ahí. Pero los desastres personales son inevitables y ahora Eric se encuentra en un callejón sin salida.
Pero el sol siempre vuelve a salir.
Y a veces, trae consigo un arcoíris.
Atrapada por los recuerdos de un romance que terminó en desilusión, Anastasia se encuentra entre dos mundos: el presente que espera ser explorado y un pasado que se aferra a ella como una sombra persistente. Dos hombres, cada uno representando una opción diferente.
Por un lado, está Pedro, el chico de cabello rubio y risa cálida, quien representa la posibilidad de un nuevo comienzo lleno de luz y esperanza. En el otro extremo se encuentra Alex, de mirada intensa y melena oscura, evocando pasiones profundas y antiguas promesas que parecen negarse a desvanecerse.
A medida que Annie se sumerge en un torbellino de emociones, lucha por soltar las cadenas del pasado y permitirse amar nuevamente. El dilema entre el resplandor del presente y las sombras de ayer se convierte en su desafío más grande, enfrentándola a decisiones que definirán su destino.
¿Podrá Anastasia liberarse de las sombras que la atan al pasado y abrir su corazón al amor que ansía, o la oscuridad de ayer seguirá eclipsando su futuro?